Elaboración

1. Con un día de antelación, cortar el conejo en trozos pequeños y añadirle el orégano, los dientes de ajo machacados, los cominos, el vino blanco, el pimentón, sal y pimenta. Mezclar homogéneamente y dejar macerar en la nevera

2. Escurrir el conejo, reservando la maceración, y freírlo en una sartén con aceite. Retirar y reservar.

3. En el mismo recipiente, añadir la cebolla picada y pocharla en aceite de oliva, junto con la mitad de las almendras peladas y troceadas. A continuación, añadir los ajos escurridos de la maceración, el azafrán y el hígado del conejo.

4. Cuando la cebolla esté pochada, agregar el coñac y flambear. Seguidamente, añadir el resto de la maceración. Continuar la cocción durante 5 minutos y triturar el conjunto. Finalmente, añadir el conejo y cocer tapado durante 10 min. Por otro lado, saltear el resto de almendras peladas y troceadas, hasta dorarlas.

5. Servir el conejo caliente y espolvorearlo con las almendras salteadas y un poco de pimentón.

Trucos y consejos

La maceración de la carne de conejo con distintas especias aporta un sabor especial y consigue que la carne adquiera una textura aún más suave. Para conseguir un plato completo, se recomienda acompañar el conejo preparado de esta forma con arroz blanco.

Información nutricional

La carne de conejo destaca por ser una de las más digestivas, debido a la composición de sus proteínas. Las almendras aportan ácidos grasos insaturados beneficiosos para la salud cardiovascular, además de ser una excelente fuente de minerales, vitaminas y fibra, destacando la vitamina E y el calcio.

Aportación calórica por ración